Una vez la masa este elaborada, unta un poco de aceite en un bol y pon la masa en él, luego tápala con film transparente o un trapo limpio, y déjala reposar para que actúe la levadura (fermentado), hasta que la masa haya casi doblado su tamaño (este proceso puede llevar unos 45 o 60 minutos).
Una vez tengas la masa, sácala del bol y desgasifícala, para lo cual es suficiente que la amases nuevamente unos minutos, extrayendo así el gas que ha generado el proceso de levado.
Corta la masa en porciones, del tamaño que quieras que sean tus Bagels, y dales forma de bola, aplástala un poco y haz el agujero en el medio (que el agujero sea más bien grande porque se cerrara en el horno). Para que te quede ya la forma del Bagel.
Déjalos reposar nuevamente unos 10 minutos, para que terminen de fermentar con su forma definitiva.
Ahora viene la parte especial del proceso de los Bagels. Pon una cazuela con agua a calentar hasta que hierva, y entonces escalda los Bagels, déjalos cocer unos 10 a 15 segundos por cada lado, y retíralos del agua dejando que escurran bien (es perfecto con una espumadera)
Una vez escaldados toca hornearlos, para lo cual colócalos en la bandeja del horno sobre papel de horno (colócalos con bastante separación para que no se peguen), píntalos por encima con el huevo batido, y por ultimo espolvorea encima las semillas que hayas elegido si quieres adornarlos.
Hornéalos a unos 210 grados durante unos 20 a 25 minutos (dependerá del horno, pero podrás ir viendo el color que van tomando y decidir cuándo sacarlos).
Retíralos de horno y déjalos enfriar, y ya tendrás tus deliciosos Bagels caseros.